Cuesta dormir con un ojo abierto.
Es mas fácil no dormir y dejar de soñar.
Todo es mas difícil con miedo
y es casi imposible disfrutar.
Inclusive amar.
Cuando el tiempo pasa
y demuestra que nada es tranquilo
que siempre hay una duda
que no existe lo seguro
que nada es propio,
la fantasía se va desarmando.
Cae contra el piso
creando algo nuevo
algo aveces olvidado.
Algo que para llamarlo de algún modo
prodríamos decirle realidad.
Cuando estalla en mil partes el deseo
y se rompe junto con la sensación idealizada
la realidad se para frente a uno
y dice al oído que nunca se va a ir
nunca vas a escapar de ella.
Te dice casi susurrando que es libre.
Nadie le dice a donde ir,
nadie le dice cuando aparecer
y nadie es capas de soportar el dolor que causa.
