miércoles, 30 de noviembre de 2011

Necia?

La respuesta a las preguntas que no puedo hacer se encuentra en los hechos que no quiero ver.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Abuela, me llamo Ailen



Ahora que no entiende nada
encuentro mas picara su mirada.
Ahora que no la dejan cocinar,
y seguramente no recuerde como hacerlo,
comienzo a extrañar los olores y sabores de su casa.

Ahora que no sabe quien soy
siento sincero su abrazo.

Hay cientos de historias que murieron en ella,
así como subjetivas razones que nunca le pregunté
y que ahora, aunque quiera,
no me podría responder.
Me mira con amor y confundida,
no entiende como a pesar de los años
su prima Cuqui está tan joven.
Y quizás por esa mirada tierna y equivocada
yo tampoco la reconozco a ella.
Me entristece sentir
 que disfruto compartiendo momentos 
bajo el personaje de Cuqui y no
 con los roles innatos que nos tocaron por azar.
A veces siento
que nos estamos conociendo por segunda vez,
es como si la perdida de memoria
fuese contagiosa.

Para sentirme mejor
pienso que ahora es ella misma
que antes, durante toda su vida,
se puso una mascara o coraza, 
no estoy segura cual de las dos,
y que ahora está en el estado mas puro, mas real,
sin filtros ni condiciones.
Me desvela saber 
que ahora que perdí la memoria
ella cuente con poco tiempo
y yo quiera marcharme.
Ahora y justo ahora,
 que ella no esta segura de quien soy,
y yo al fin siento que es una persona nueva
su cocina ya no es su cocina,
sus brazos ya no tienen fuerza para abrazar,
y su historia, mi historia
ya no tiene principio
ni anécdotas para recordar.


Son felices?

- A un hombre de 35 años, casado y con una hija, cada vez que le nombran a su primer novia su boca hace una mueca única, que solo sus amigos podemos reconocer. Sin dudas, todavía la extraña.
- Una mujer de 40 y tantos, viuda, luego divorciada, con dos hijas, recibe un mail inesperado de su amigovio de la infancia, el cual luego de varios mensajes, confesó nunca haberse olvidado de ella a pesar de haber formado su propia familia. Gracias al reencuentro con su pasado, ella recordó a un viejo amor perdido en Brasil, busque su teléfono en internet y ahora cada vez que me dice que lo va a llamar se transforma en una adolescente enamorada.
- Un hombre de 60 años, casado, con dos hijos. Todavía guarda las cartas de su primer novia, y se pone colorado cada vez que mi mamá se lo reprocha.
- Una joven de 25 años, en pareja hace 2. Planea irse a vivir con él, tener hijos y ser feliz. Todavía tiene la contraseña de facebook de su ex (hace mas de 3 años que la dejó), todos los días entra a revisar sus mensajes. Ella me admitió que desea su muerte, o por lo menos que sea infeliz el resto de su vida.
- Una mujer que murió en 1998, hace 25 años engañó a su esposo con un vecino de un pequeño pueblo de Bs As. Fue una vergüenza para la familia, se enteraron todos por el escándalo que se armó. Mi primo (hijo de la señalada puta del pueblo) recién ahora, a los 31 años se entera que su papá no tenia una relación paralela mientras estaba con su madre, como le había dicho su (mi) abuela.
- Una pequeña mujer de 35 años, de novia hace 17, sin hijos. Siempre que puede me aconseja "no te equivoques, disfruta de la vida, trata de estar soltera hasta los 25".
- Un hombre de 35 años, hace 12 que esta de novio, nunca se le cruzo por la cabeza serle fiel a su pareja. Se ponía en pose y me decía "esta todo hablado, no pasa nada".
- Un hombre de 61 años, viudo hace un año y poquito. Se puso contento cuando murió mi tía, "es que estaba sufriendo demasiado". Nadie tiene valor para criticarlo.
- Una joven de 21 años, de novia. "Lo amo, pero me hace sentir inferior y desvaloriza mis opiniones" me confesó llorando.
- Un joven de 25 años, de novio. Sigue mirando a su ex con los mismos ojos que cuando la conoció. Cada vez que hace eso me da un escalofrió indescriptible en todo el cuerpo, por eso trato de ni mirarlo, no me gusta sentir lástima.
- Un hombre de 32 años, de novio. Le duele que le sean infiel, pero por resignación aguanta cualquier cosa de su pareja. Mira para otro lado mientras me confiesa "yo quiero envejecer con alguien a mi lado".
- Una mujer de 27 años con un hijo de un viejo noviazgo, ahora nuevamente de novia. Durante una noche de ojos rojos y fernet se le cae de la boca la frase "Con él la paso bien, y sobre todo, cobra bien".

Yo no quiero repetir historias. Aunque estoy segura de que ellos deseaban lo mismo.
Serán felices? Creo que en su mayoría y a pesar de todo si.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Distancia hiperfocal

Que estas haciendo? otra vez en ese lugar, revolviendo lo que ya sabes que está? Eso no va a aliviar las ganas que tenes de encontrar por sorpresa en tu cama a esa persona que queres besar.
No te confundas, aunque cierres los ojos con fuerza y aunque hayas visto miles de películas donde sí pasaba, solo con desearlo nadie va a llamar a tu puerta, mucho menos serán esas manos las que te estén esperando. Basta de dar vueltas pensando en que lindo sería, o en lo poco que te quiere o en si se esta riendo de vos. Deja de cargarte con preguntar que a pesar de tener respuesta nunca las vas a saber. Es inútil encerrarse en el deseo y mucho mas creerlo realidad. Lo que pasó es éso, y lo que no pasó ya vendrá. Levantate de la cama, estas en noviembre, afuera están los jacarandá pintados de violeta y todavía no hay mosquitos que molesten entre mate y mate. Si no ves el paisaje tampoco ves el horizonte, aunque tampoco es necesario verlo, basta con tener en claro dónde está. Deja de pensar, cuántas personas te dijeron que sientas en vez de pensar tanto? Pone en practica los consejos, incluidos los míos. Y si queres seguir pensando por lo menos no te quedes en la parte hipotética de las teorías. Basta de enroscarte, nada de lo que está lo vas a cambiar solo con volver una y otra vez a lo mismo. Basta.

En Silencio

"Me estoy matando de a poco"
me pareció escuchar que susurraba a lo lejos
 una voz familiar.

Es que según parece
hace un tiempo se conocía
y reconocía entre la gente,
pero ahora hasta para ella misma
solo es alguien mas.
Fue matando 
con la matutina campanada del reloj
la observación de la particularidad
de cada mirada.
También murió, y no por casualidad,
la paciencia, la armonía y sobre todo,
la confianza.
Poco a poco 
fue ocultando eso que la hacia especial.
No se sabe que día bajó la cabeza,
lo que si se, es que no la volvió a levantar.

La rutina y el cansancio fueron fundamentales.
 El día a día no merecido
saca lo peor de todos,
mata cualquier singularidad personal
y oscurece toda mirada
transformándola en superficial.
Sale el sol, nace un día
y por la noche muere una parte de ella.
Muere en silencio,
mata a los gritos.


jueves, 10 de noviembre de 2011

Aprendiendo a suprimir

Si es simpática, los hombres se confunden.
Si mira a los ojos, la gente baja la mirada.
Si se ríe fuerte, la gente se irrita.
Si no se enoja, la gente desconfía.

Si quiere, no la quieren.
Si no quiere, la quieren.

Si es joven, la tratan de frágil.
Si es cariñosa, la tildan de puta.
Si busca algo nuevo, le dicen que está loca.
Si está segura, le cargan miedos.

Si la cosa sigue así, vamos a terminar todos iguales.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Esa mesita de madera

Una mesita perdida en el tiempo
que apareció para hacerme sonrojar.
Parada en baldosas 
que sintieron los pasos de miles de personas,
reflejada en espejos 
de innumerables reflejos,
y aun así habia algo que me hacía sentir única,
aunque tenga claro que no lo soy.
Es que esa mirada 
con la ventana regalando la luz de la calle
con la cual se iluminaban esos ojos
no puede ser imitación,
ni tampoco es posible que se repita.

El impulso que mató el silencio
paradójicamente me deja sin palabras.
Y aunque a veces quiera gritar,
hay cosas que el tiempo
me enseño a callar.

Esa tarde marcó el principio de no se que
y el final 
de uno de mis deseos.
Yo no se que va a pasar,
ni que espera que pase.
La única certeza
es que ese bar, esa mesa, esa voz y ese beso,
nunca van a dejar de formar parte de mi,
no podría ser de otra manera.
Las calles de San Telmo ya no van a ser simplemente eso,
ni mi boca volverá a ser la misma para besar.
Porque todo se acumula,
cada cosa vivida deja una marca,
y ésta, sin dudas,
es de las que no quiero olvidar.