No me veo reflejada en mi imagen,
a veces dudo de lo que estoy viendo.
Andando tranquila por los lugares que me hicieron feliz
desconfío de mi misma y de mis deseos.
Lo único propio que tengo
Lo único propio que tengo
son esos abrazos sinceros
que me sacaron de las noches mas oscuras y tormentosas
con las cuales, por un momento,
aprendí a convivir.
Mi pecho,
apretando todo lo que hay dentro,
se vuelve del tamaño de una naranja
cuando intento inútilmente
llevarme a donde vaya esos abrazos físicos.
Donde voy a estar no entran
ni sonrisas, ni tortas, ni plazas ni miradas.
Lo que antes daba fuerza para correr cualquier piedra
Lo que antes daba fuerza para correr cualquier piedra
hoy es una carga parecida a la culpa
que espero abandonar cuanto antes.
A veces creo que alejar todo lo que construí
es como suicidarse pero sin morir.
Y cuando pienso ésto,
el corazón se detiene por un segundo
y no se con qué fuerza
inconscientemente comienza a latir.
El miedo nace no por la palabra olvido,
sino por necesitar.